Oh desgracia a la que estamos llegando... y todo por pensar, que alguien debe gobernarnos; por no tomar las riendas de nuestros destinos y los de nuestras comunidades; por creer que quien, según, nos representa lo hace buscando el bien común, cuando los hechos siempre han mostrado lo contrario; porque cuando nos dicen que alguien es un gran señor, nos quitamos el sombrero y nos ponemos a sus órdenes, sin pensar, que nadie es grande, hasta que nosotros, los "débiles", lo hacemos grande.
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