Porque el derecho de decir lo que pienso y lo que siento me fue dado por los Dioses, no me podrá ser quitado por los hombres, sin que éstos, tarde o temprano, paguen el justo precio.
miércoles, 6 de abril de 2011
Toda la desgracia que estamos viviendo ya había sido programada, y solo persigue sembrar el temor para pedir a gritos la invasión.
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