Porque el derecho de decir lo que pienso y lo que siento me fue dado por los Dioses, no me podrá ser quitado por los hombres, sin que éstos, tarde o temprano, paguen el justo precio.
viernes, 1 de abril de 2011
Demasiado trabajo le
Demasiado trabajo le cuesta a la iglesia aceptar las preferencias sexuales de los demás, pero calla ante las preferencias de los suyos.
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