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Porque el derecho de decir lo que pienso y lo que siento me fue dado por los Dioses, no me podrá ser quitado por los hombres, sin que éstos, tarde o temprano, paguen el justo precio.


jueves, 6 de diciembre de 2012

Las protestas en la toma de posesión de Enrique Peña Nieto: el camino equivocado

¡Vaya agarrón! Cientos de personas inconformes decidieron recibir al nuevo presidente de una forma poco convencional: botellas con gasolina en vez de fuegos artificiales; gritos de repudio en lugar de porras; golpes en vez de aplausos; así fue la toma de posesión de Enrique Peña Nieto en el lado de afuera del cerco de San Lázaro. Adentro del Palacio Legislativo, Peña Nieto fue recibido por una multitud de gritos que más bien parecían ladridos: los diputados del PRI-PAN gritaban con la alegría del ganapán, mientras los diputados de oposición, gritaban consignas en contra de la imposición; algunos arrojaron a manera de confeti, puñados de billetes falsos; mientras a los costados del recinto se veían muchas mantas con leyendas de protesta.
El 1 de diciembre de 2012, Enrique Peña Nieto, acompañado de su comitiva, caminó hacia la Cámara de Diputados para rendir protesta como nuevo presidente de los Estados Unidos Mexicanos; lo hizo con un paso tan acelerado, que si hubiera andado así hasta los Pinos, seguro habría impuesto un nuevo récord mundial en caminata; su color era amarillo, así como el plátano de Tabasco; el presidente se veía nervioso. Ya estando adentro del Palacio Legislativo, sintió el apoyo de su camaradería del PRI, que le formo una valla que llegaba casi hasta la tribuna; aún así, por encima de la valla, algunos diputados de oposición le arrojaron billetes falsos, como una forma de reprocharle la forma en la que supuestamente ganó la presidencia. A pesar de todo el barullo de los diputados a favor y en contra, Peña Nieto llegó a la tribuna, en donde en menos de cinco minutos, tomó protesta y recibió la banda presidencial que le fue entregada por el presidente de la Cámara de Diputados... La misma banda que usó Calderón y a la que, por cierto, le aumentó el tono del rojo. Después Peña Nieto salió como alma que lleva el diablo, y sólo alcanzó a saludar a unos que otros lambiscones, de los que de nueva vuelta le hicieron valla para que saliera.

Afuera la verbena era distinta, cientos de personas desencadenaban su furia contra los policías antimotines. Muchos jóvenes aventaron piedras, botellas incendiarias y todo lo aventable; pero no fueron sólo jóvenes, había también personas de edad mayor sumados a los enfrentamientos. Del lado interno del cerco de San Lázaro, llegaron algunos jóvenes con caras tapadas y vestidos de civiles (que por cierto fueron recibidos por gente de la policía antimotines) y que después se sumaron a la trifulca... O sea, a los ciudadanos de buena fe les pusieron un cuatro, y grupos de infiltrados desvirtuaron una protesta LEGITIMA, que jamás debió haber dejado de ser PACIFICA. Los cuerpos de "seguridad" utilizaron balas de goma, gases lacrimógenos, macanas; estaban protegidos por armaduras; y así enfrentaron, atacaron y lesionaron a un puñado de ciudadanos violentos. Los destrozos y enfrentamientos se prolongaron hasta el Centro Histórico, Avenida Juárez y casi llegaron hasta la zona de Insurgentes.

Los datos de los daños son graves: violaciones a los derechos de muchos jóvenes que NO formaron parte de los enfrentamientos, pero que ahora están detenidos solo por haber estado en el lugar; muchos lesionados (algunos de gravedad); y también hubo daños materiales. Lo peor del caso es que a pesar del doloroso saldo, las cosas no se pudieron cambiar...

Dura forma de aprender que el camino de la violencia es el equivocado; sobre todo cuando no se tiene ni la fuerza ni el equipamiento para enfrentar la represión; pero más allá, los cambios logrados por medio de la violencia, no son permanentes porque se construyen a través del odio y el odio no es buen cimiento; los cambios verdaderos en el País, requieren primero el cambio, al unísono, de las conciencias y el planteamiento de verdaderos objetivos comunes que garanticen el bienestar de TODOS los ciudadanos; solo así se puede construir un nuevo México... No se puede construir por medio de la destrucción...

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