El crimen organizado debe combatirse con las armas, no hay otro camino; sin embargo, que se llegue a ese punto, no es mas que una muestra de que la política nacional no ha tenido la capacidad de prevenir ese tipo de situaciones. El crimen se alimenta en primer lugar del descontento social, y en segundo de la necesidad. Nuestros políticos no han tomado en consideración que las necesidades de sus prójimos, son las mismas de ellos, y al omitir esa realidad, lo único que se hace, es ir generando grupos de personas inconformes, que en algún momento, actuarán con resentimiento hacia toda la sociedad. Ahora es el día en el que se debe ponderar el bienestar, garantizando, por lo menos, lo mínimo que requieran los ciudadanos y sus familias, para una adecuada alimentación, educación, esparcimiento, salud; porque precisamente, el no garantizar los mínimos de bienestar, por tantos años, ha desencadenado esta situación, cada vez mas violenta y peligrosa.
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