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Porque el derecho de decir lo que pienso y lo que siento me fue dado por los Dioses, no me podrá ser quitado por los hombres, sin que éstos, tarde o temprano, paguen el justo precio.


sábado, 25 de octubre de 2014

¿Y dónde están los normalistas?


José Manuel de la Huerta / @Apocalipsis316

(22 de octubre, 2014).- Varias versiones de lo que pudo haber pasado con los Normalistas desaparecidos el 27 de septiembre de 2014, en la población de Ayotzinapa en el Estado de Guerrero. La realidad es que hay seis muertos y 43 desaparecidos, todos ellos estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”; lo trágico del asunto es que se dice que fueron policías los que dispararon salvaje y cobardemente contra estudiantes desarmados, dando muerte a los primeros seis, para posteriormente secuestrar a los otros 43 y entregarlos, según algunas versiones, a criminales organizados de la agrupación «Guerreros Unidos». ¿Cómo que por qué policías municipales de Iguala Guerrero, tenían que entregar a los Normalistas a un grupo criminal? Esa es una gran pregunta mis queridos lectores…

Pero el asunto no es ese, el asunto es que según no hay pistas de los 43 desaparecidos; la PGR incluso ofrece 1,500,000 pesos a quien dé pistas de por lo menos un Normalista; esto después de que la misma PGR asegurara que, de los cuerpos encontrados en las hasta ahora 5 fosas, halladas en el municipio de Iguala, ninguno corresponde a ningún Normalista. O sea la PGR insiste en que los Normalistas están desaparecidos, pero… ¿Se puede perder un grupo de 43 personas sin dejar ningún rastro? Eso imagino que es difícil, por lo que creo que los normalistas no están desaparecidos…

El 20 de octubre de 2014, se publica en El Universal la nota titulada: «Quemaron a los 43 Normalistas: Alejandro Solalinde»; en donde escriben que el Sacerdote afirma que los 43 Normalistas fueron llevados con vida, a un lugar donde tenían lista una pira y en esa fueron incinerados. El Padre Solalinde no especifica si fueron quemados vivos o si los mataron antes de quemarlos, el caso es que afirma dos cosas: 1) Fueron quemados; y 2) «El gobierno sabe y supo desde un principio de todo esto». La segunda declaración parece ser muy grave, puesto que invalidaría la constante negativa de la PGR de que los cuerpos encontrados, calcinados en las fosas, no correspondían a los Normalistas; y hablaría de cierta complicidad del gobierno en el hecho, por lo menos en grado de encubrimiento de los responsables.

Otra versión que es algo curiosa, porque se adelanta a la versión del Padre Solalinde, es la publicada el 5 de octubre de 2014, en el periódico español El Mundo, con el título: «Los quemaron vivos en la fosa» ; donde se hace una declaración muy fuerte: «Los quemaron vivos. Pusieron todos los cuerpos en la fosa, les echaron diesel y les prendieron fuego», esto según, menciona la nota, un uniformado enmascarado cansado de ver huesos calcinados.

… ¿Cuál es la versión real? ¿Cuál nos creemos? Cada quién sabe que versión creer, sin embargo la lógica y la sucesión de hechos, pueden llevarnos a atar ciertos cabos… ¿Qué tipo de revancha puede querer un grupo criminal, como Guerreros Unidos, contra estudiantes de una Normal? Dudo que a un grupo criminal le afecte o le importe lo que hagan estudiantes de cualquier tipo de Escuela. ¿Puede desaparecer en el limbo un grupo de 43 jóvenes sin dejar rastro alguno? No creo; para que se pierda un grupo de 43 personas sin dejar rastro, tendría que ser en un lugar más aislado y deshabitado que Ayotzinapa y sin rastros de vida humana varios kilómetros a la redonda. ¿Los quemaron? Eso parece ser lo más seguro, pero… ¿Los quemaron vivos o los quemaron muertos? Solo los monstruos perpetradores de tal crimen saben la verdad… Espero podamos saberla algún día...
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sábado, 18 de octubre de 2014

Política, economía y educación: las otras fosas de México


(15 de octubre, 2014).- Desde aquel mes de abril del año 2011, que aparecieron las fosas San Fernando en Tamaulipas con 68 cuerpos, hemos escuchado mucho eso de las fosas. No sabemos cuántos cuerpos de desaparecidos pueden estar en fosas clandestinas; pero no todas las fosas albergan cuerpos de narcos, de honestos luchadores sociales o gentes inocentes, sino que al parecer hay muchas cosas enfosadas en nuestro país…

1) Nuestra política se encuentra en una fosa, está sepultada moralmente y legítimamente. Desde la llegada de Felipe Calderón al poder en 2006, cómo también Enrique Peña Nieto seis años después, ha habido dos enormes crisis de credibilidad en el sistema electoral mexicano; en dos ocasiones se recurría a un sinnúmero de tretas para, en dos periodos electorales seguidos, evitar que el mismo hombre, Andrés Manuel López Obrador, llegara al poder. En 2006 se habló de alteraciones al sistema informático que computó los votos, así como se mencionó también la compra de votos, la alteración de boletas electorales, etc.; y en 2012 se habló también de compra de votos, métodos de coerción y las famosas tarjetas de Soriana. Podemos deducir que estos dos presidentes, Calderón y Peña, llegaron de forma poco clara y honorable al poder, pero eso no hace tan grande la fosa política mexicana, como la deliberada mala intención con la que ambos han gobernado. Los dos últimos sexenios se han caracterizado por proteger los intereses de un puñado de malos mexicanos a costa del sacrificio de todo un País de más de 100,000,000 de habitantes. A parte de eso se enrarece más el entorno político al saber que algunos políticos tienen vínculos cercanos con el crimen organizado, con lo que parece ser la complacencia de otros políticos y también partidos políticos.

2) Nuestra economía también se encuentra enfosada con un salario mínimo que más que burla es un insulto. Un trabajador que gane el sueldo promedio de 4,500 o 5,000 pesos al mes, cantidad que duplica el salario mínimo, puede observar que ese salario, no sirve para mayor cosa. El costo de las rentas de vivienda en el Distrito Federal oscila entre los 5,000 y 15,000 pesos al mes (en muchos casos mucho más), lo que quiere decir que un salario que se ha vuelto tan común, que es el de los 5,000 no alcanza ni para la renta, o se come o se paga renta, pero difícilmente alcanza para las dos cosas; lo que muestra que el salario mínimo de 2,010 pesos al mes, definitivamente no alcanza para nada. La precarización de las condiciones laborales y la pérdida del poder adquisitivo del salario, mantienen a millones de mexicanos en un hoyo de pobreza y desesperación; situación a la que en realidad el gobierno no quiere darle solución. A lo anterior podemos sumar las jugosas concesiones petroleras y mineras, que lo único que garantizan es que la fosa de nuestra economía se vuelva más profunda y obscura; a la vez que con la venta de nuestros recursos se garantiza la vida súper holgada y llena de excesos de los empresarios concesionarios de nuestros bienes naturales, entre los que figuran algunos malos mexicanos y muchos extranjeros.

3) La fosa educativa. Nuestro sistema educativo también se encuentra en una fosa pantanosa, en la que sindicato y gobierno se han coordinado para que el educando sea el más afectado. La calidad educativa en México va de mal en peor, y algunas escuelas comienzan a asemejarse más a antesalas del reclusorio que a los antiguos templos del saber. La impartición de valores (que bien dicen se deben enseñar en el hogar, pero que en el hogar no se enseñan porque ambos padres tienen que trabajar en exceso para poder cubrir al mínimo las necesidades económicas), ni se enseña en la casa ni en la escuela, llevando así a los niños y jóvenes, a aplicar de forma inadecuada su libre albedrío, muchas veces llegando a algo parecido a la ley de la selva; prueba de eso son los crecientes casos de bulling, que a parte de ser más numerosos, cada vez se vuelven más violentos. Las escuelas cada vez están más descuidadas, y el gobierno apuesta a la buena voluntad de los padres de familia, sin reparar en que, aunque tengan la mejor voluntad de mundo, difícilmente pueden aportar los recursos económicos que las escuelas necesitan. A todo esto agreguemos los constantes conflictos del gobierno, tanto con docentes cómo con estudiantes; y en especial tenemos ahorita el caso del Instituto Politécnico Nacional, en donde ya no se quiere garantizar la formación profesional de los estudiantes para que sean ingenieros o licenciados, sino que pretenden encasillar a los estudiantes en el nivel de técnicos maquileros. Una mención especial merece el caso de los normalistas del Estado de Guerrero, que literalmente están siendo asesinados sólo por utilizar su consciencia de lucha y darse cuenta que el gobierno no está actuando como se debe ante la situación educativa del País; hay 43 desaparecidos, de los cuales se presume que yacen muertos en las numerosas fosas descubiertas recientemente en el municipio de Iguala en Guerrero (en el caso de una de las fosas, se presumen que los posibles normalistas que yacen en ese lugar fueron quemados vivos http://mun.do/11ldgEl ).

… Las fosas en México son muchas y de muchos tipos, y no sabemos como taparlas… a cómo vamos, ya sólo nos falta enfosar el futuro de todo un pueblo, que está haciendo de las fosas, parte de una desgraciada historia…

 Por:  / 15 octubre, 2014

domingo, 5 de octubre de 2014

México: entre el abuso de autoridad y el delito


(02 de octubre, 2014).- Más de 22.5% de los mexicanos declara haber sido víctima de algún delito; eso según La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2014, que realiza el INEGI; o sea, 28 mil 224 víctimas por cada 100 mil habitantes, más de uno por cada cinco. La cifra es aterradora, sobre todo si observamos que la situación económica pinta para ponerse peor: las reformas estructurales, orientadas a precarizar más la condición económica del mexicano promedio; la pérdida o alarmante disminución de la renta petrolera; los incrementos en los precios de los combustibles, que de una forma o de otra, impactan en los precios de todos los demás productos; y las peores condiciones sociales y económicas de los trabajadores: Todas estas circunstancias que no hacen más que augurar el incremento en la cifra de hechos delictivos…

Si, el número de delincuentes puede aumentar en potencia y sus métodos pueden volverse cada vez más violentos; entre más urgente y grande es la necesidad, más drástica puede ser la solución que busquen; de morir lentamente de hambre, muchos prefieren arriesgarse a morir más rápidamente en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad o con bandas rivales, pero mientras mueren o no, o son capturados o no, el delincuente ve satisfechas sus necesidades económicas en el corto plazo. Así como dicen que la ociosidad es la madre de todos los vicios, se puede decir que la necesidad y la desesperación son las madres de la delincuencia y las acciones extremas.

Por otro lado están los representantes de la “autoridad”, policías y militares; muchos de ellos también agregados a esas corporaciones, más por la necesidad que por el gusto. ¿Cuántos de ellos no soñaron alguna vez con ser médicos, ingenieros o maestros? La política económica y social añeja y pervertida que ha privado en México no les dio esa opción, y ahora les da como única opción, la de defender los intereses bastardos del capital en contra de sus hermanos mexicanos víctimas, al igual que ellos, de esa política y de esos políticos bandidos; ahora defienden férreamente a aquellos que truncaron sus sueños y les privaron de auténticas oportunidades, y desencadenan su ira y frustración contra sus iguales.

Ahora estamos una vez más en el México de los estudiantes muertos y de los asesinatos patrocinados por el estado:

1) Tlatlaya Estado de México, 31 de junio de 2014, 21 muertos a manos del ejército, “presuntos criminales”; al parecer los hermanos militares no consideraron que tuvieran derecho a un juicio justo, ni a que se comprobara si eran o no criminales. Este hecho se suma a los miles de civiles muertos durante el sexenio de Felipe Calderón, que sin importar si eran mujeres o niños, fueron muertos, en retenes militares, por el fuego de las armas que los mexicanos entregamos al ejército para la defensa de nuestra soberanía.

2) 27 de septiembre, Iguala Guerrero, seis estudiantes son acribillados por policías municipales; que obedeciendo órdenes de quién sabe quién, se dispusieron a matar cobardemente a estudiantes desarmados, olvidando que estos jóvenes muertos, podrían tener la edad de sus hijos; o sea están decididos a acabar con el futuro mismo de nuestro país. También aquí se suman demás hechos de abusos policíacos, como los de San Salvador Atenco, en los tiempos de Peña Nieto como Gobernador del Estado de México; las detenciones indebidas el primero de diciembre de 2012, precisamente en la toma de protesta como presidente del mismo Peña Nieto, etc., etc.

… O sea que ahora los mexicanos nos encontramos atrapados entre dos fuegos, uno el de los delincuentes cada vez más violentos y en mayor número; y dos, en del constante abuso de autoridad de policías y militares, también cada vez más violentos y peligrosos… No cabe duda que el peor enemigo de México, lo tenemos dentro…