Quien es bueno, cree en la bondad de los demás; quien confía, merece confianza; pero… ¿Quién cree en la bondad de Peña Nieto y Luis Videgaray? ¿Quién les puede otorgar un voto de confianza?…
Está buena la ocurrencia del líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, de lanzar un reto a través de su cuenta de Twitter hacia Enrique Peña Nieto y su secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso. El tuit retador de Andrés Manuel fue publicado el día 26 de mayo de 2014 y dice:
“EPN, en voz de Videgaray, asegura que este año la economía de México crecerá más que en América Latina y en EU. Y si no ¿renunciarán?”.
Este hecho del reto llama mi atención por dos razones: 1) ¿Puede aún López Obrador dar un voto de confianza a Enrique Peña Nieto y a alguien de su gabinete?; 2) ¿No se ha percatado el líder de Morena que lo que va del gobierno de Peña Nieto ha sido un tiempo de promesas incumplidas?
López Obrador sabe las respuestas a las preguntas anteriores, por lo que él sabe que no habrá crecimiento económico y también sabe que nadie renunciará a su cargo por ello. Andrés Manuel sabe perfectamente que en la agenda del “nuevo PRI” no figura el crecimiento económico ni nada que pueda incrementar el bienestar de los mexicanos; él conoce la agenda y siempre la ha conocido. Peña Nieto no renunciaría sino hasta cumplir la agenda de la OCDE, FMI, Banco Mundial y EE.UU.; o sea, la agenda de las privatizaciones de recursos naturales que pertenecen a todo el pueblo de México, para beneficio en especial de los inversionistas extranjeros; la agenda de embrutecimiento del pueblo mediante la televisión y la reforma educativa, que convertirá a los educandos en máquinas humanas aptas sólo para el ensamblaje y no para pensar críticamente; la agenda de los beneficios fiscales a aquellos supermillonarios que no pagan impuestos, mientras el resto de los pequeños y medianos empresarios pagan más de la tercera parte de sus ingresos en impuestos; la agenda de la precarización de las condiciones de los trabajadores, que cada vez trabajan más y ganan menos, además de ya no tener derecho a jubilaciones ni retiros dignos. Y aún después de consumar su agenda, Enrique Peña Nieto no renunciará: terminará el sexenio.
Lo más curioso del caso es que el día anterior, el 25 de mayo de 2014, Andrés Manuel publicó el siguiente tuit:
“En 32 años el crecimiento real ha sido de 0.4% anual. ¿Cómo creer que sin cambiar la política económica y con EPN saldremos adelante?”.
Si no ha habido cambios en la política económica, evidentemente no habrá crecimiento económico; por lo que podemos asegurar que AMLO es quien perderá el reto que lanzó; porque ni creceremos, ni ellos renunciarán…
Otorgar un voto de confianza o creer en la bondad de Peña Nieto y Luis Videgaray, no lo hace a uno ni bueno ni confiable… lo hace a uno pecar de inocente…
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