Los niños y la demencia del Estado.
El día 9 de agosto de 2011, en diversos medios notifican la liberación de la niña "halcón" ¿Curioso apelativo no? Y bueno, ese sobrenombre no es porque la niña pueda volar o porque tenga nariz encorvada, sino que esta chiquilla de tan solo 13 años de edad, ya formaba parte de un peligroso grupo delincuencial, Los Zetas; y precisamente su labor era esa, ser halcón de la banda criminal, en pocas palabras, ésta criatura era la encargada de echarles aguas a los criminales, así como espiar a los cuerpos de seguridad para notificar sus movimientos a los Zetas; pero la cosa podría ir mas allá, ya que en el periódico Tiempo, de Chihuahua, sostienen que la niña, además era gatillera, y participó en el tiroteo en el que fue detenida. La detención de esta niña, que al parecer es mas ruda que Toña Machetes, se llevó a cabo el día de ayer, 8 de agosto, en Lagos de Moreno, Jalisco, en el Rancho San Fernando; lugar a donde arribó un contingente de uniformados de la policía federal, al recibir la notificación de que en lugar había gente fuertemente armada.
Como comentaba en mi columna que se publicó en la Revista Emet, el día martes 19 de julio de 2011, llamada "De los ninis a los Ponchis", estos casos de los niños que se involucran en actividades criminales, no es nuevo; y es evidente que tampoco podemos decir que solo se trata de niños (del sexo masculino), sino que también hay niñas (del sexo femenino), y es que las condiciones en las que se generan los niños criminales, no distinguen sexo; las únicas constantes que podemos observar en estos chicos que se integran al crimen, son la pobreza, la falta de educación adecuada, y familias casi desintegradas o disfuncionales; estas son las cosas a cambiar y a combatir; porque en cambio, un niño con sus necesidades básicas (alimentación, vivienda digna, educación, vestimenta y adecuada diversión) satisfechas, en buena escuela, y con una familia bien establecida en prosperidad y valores, difícilmente se integrará a alguna actividad ilícita.
Volviendo a lo de la liberación de la niña "halcón", pues parece ser que al señor procurador del Estado de Jalisco, Tomás Coronado Olmos, no le gustó mucho esa decisión de liberar a la niña de 13 años y regresarla a sus padres; por lo que retomó, en un acto de demencia o necedad, (y en lo que parece mas un deseo de destruir a la sociedad, que en reconstruirla y rescatarla de la decadencia), la propuesta panista de reducir la edad penal; por lo visto, al señor Coronado Olmos, mostrando una vez más su incompetencia e incapacidad, se le olvidó que cuando los diputados panistas del estado de Nuevo León, propusieron la reducción de la edad penal, de los 18 a los 12 años de edad, recibieron mas rechazo que apoyo, mas abucheos que porras ¿Por qué? ¡Porque eso es una estupidez! ¡Es una monstruosidad social, tan solo pensar, en llevar niños a la cárcel! Claro que para los mezquinos, los avaros y los ladrones de cuello blanco, esa es la mejor solución; en vez de pensar que el prójimo tiene las mismas necesidades que ellos; y que los hijos de su prójimo, tienen las mismas necesidades que sus hijos.
Por un momento pensemos... si metemos a un niño de 12 años a prisión, por 20 años por ejemplo ¿Qué podemos esperar del hombre de 32 que saldrá y enfrentará las calles después de ese tiempo? Probablemente nada bueno, y ahora tendremos un hombre joven y fuerte, con un gran resentimiento hacia la sociedad, y con poca preparación para enfrentar la vida en libertad; probablemente, no tendría mas opción que la reincidencia, y posiblemente, la cárcel de vuelta, en el futuro. Por eso debemos preguntarnos ¿Qué queremos para nuestros niños? Nuestros niños no son monstruos que merecen una jaula, deben ser ángeles que merecen alas; labor de la sociedad dárselas y hacérselas crecer, porque son ellos, quienes en el futuro, pueden sacarnos del infierno.
Con nuestros niños, actuemos con la razón de la sociedad, y no con la demencia del Estado.
Apocalipsis 3:16
El día 9 de agosto de 2011, en diversos medios notifican la liberación de la niña "halcón" ¿Curioso apelativo no? Y bueno, ese sobrenombre no es porque la niña pueda volar o porque tenga nariz encorvada, sino que esta chiquilla de tan solo 13 años de edad, ya formaba parte de un peligroso grupo delincuencial, Los Zetas; y precisamente su labor era esa, ser halcón de la banda criminal, en pocas palabras, ésta criatura era la encargada de echarles aguas a los criminales, así como espiar a los cuerpos de seguridad para notificar sus movimientos a los Zetas; pero la cosa podría ir mas allá, ya que en el periódico Tiempo, de Chihuahua, sostienen que la niña, además era gatillera, y participó en el tiroteo en el que fue detenida. La detención de esta niña, que al parecer es mas ruda que Toña Machetes, se llevó a cabo el día de ayer, 8 de agosto, en Lagos de Moreno, Jalisco, en el Rancho San Fernando; lugar a donde arribó un contingente de uniformados de la policía federal, al recibir la notificación de que en lugar había gente fuertemente armada.
Como comentaba en mi columna que se publicó en la Revista Emet, el día martes 19 de julio de 2011, llamada "De los ninis a los Ponchis", estos casos de los niños que se involucran en actividades criminales, no es nuevo; y es evidente que tampoco podemos decir que solo se trata de niños (del sexo masculino), sino que también hay niñas (del sexo femenino), y es que las condiciones en las que se generan los niños criminales, no distinguen sexo; las únicas constantes que podemos observar en estos chicos que se integran al crimen, son la pobreza, la falta de educación adecuada, y familias casi desintegradas o disfuncionales; estas son las cosas a cambiar y a combatir; porque en cambio, un niño con sus necesidades básicas (alimentación, vivienda digna, educación, vestimenta y adecuada diversión) satisfechas, en buena escuela, y con una familia bien establecida en prosperidad y valores, difícilmente se integrará a alguna actividad ilícita.
Volviendo a lo de la liberación de la niña "halcón", pues parece ser que al señor procurador del Estado de Jalisco, Tomás Coronado Olmos, no le gustó mucho esa decisión de liberar a la niña de 13 años y regresarla a sus padres; por lo que retomó, en un acto de demencia o necedad, (y en lo que parece mas un deseo de destruir a la sociedad, que en reconstruirla y rescatarla de la decadencia), la propuesta panista de reducir la edad penal; por lo visto, al señor Coronado Olmos, mostrando una vez más su incompetencia e incapacidad, se le olvidó que cuando los diputados panistas del estado de Nuevo León, propusieron la reducción de la edad penal, de los 18 a los 12 años de edad, recibieron mas rechazo que apoyo, mas abucheos que porras ¿Por qué? ¡Porque eso es una estupidez! ¡Es una monstruosidad social, tan solo pensar, en llevar niños a la cárcel! Claro que para los mezquinos, los avaros y los ladrones de cuello blanco, esa es la mejor solución; en vez de pensar que el prójimo tiene las mismas necesidades que ellos; y que los hijos de su prójimo, tienen las mismas necesidades que sus hijos.
Por un momento pensemos... si metemos a un niño de 12 años a prisión, por 20 años por ejemplo ¿Qué podemos esperar del hombre de 32 que saldrá y enfrentará las calles después de ese tiempo? Probablemente nada bueno, y ahora tendremos un hombre joven y fuerte, con un gran resentimiento hacia la sociedad, y con poca preparación para enfrentar la vida en libertad; probablemente, no tendría mas opción que la reincidencia, y posiblemente, la cárcel de vuelta, en el futuro. Por eso debemos preguntarnos ¿Qué queremos para nuestros niños? Nuestros niños no son monstruos que merecen una jaula, deben ser ángeles que merecen alas; labor de la sociedad dárselas y hacérselas crecer, porque son ellos, quienes en el futuro, pueden sacarnos del infierno.
Con nuestros niños, actuemos con la razón de la sociedad, y no con la demencia del Estado.
Apocalipsis 3:16
Es triste, pero nuestras sociedades están acostumbradas a elegir la solución basada en el menor esfuerzo. Al igual que los mediocres, que siempre optan por esta opción, los estados se deslindan de sus obligaciones sociales, eliminando, de manera temporal, los problemas que pudieran ser causa de desorden social.
ResponderEliminarClaro está que los males sociales no son simples problemas superficiales o producto de una sola causa. Son multicausales y, principalmente, estructurales. Pero, ¿quién teniendo el control de los medios de producción y del Estado se arriesgaría a buscar, erradicar y subsanar estas causas para buscar soluciones reales? La respuesta es tan obvia, que solo basta con dar una mirada a la realidad y tomar una radiografía de las soluciones que proponen los políticos y el Estado.
El principal problema de la pobreza es la distribución de la riqueza de un país, en tan pocas manos, y los Estados que responden a la conservación del estatus de estos pocos.
No hay progreso social buscando soluciones temporales ni encarcelando a los niños que delinquen. Menos proponiendo soluciones demagógicas y populistas.