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Porque el derecho de decir lo que pienso y lo que siento me fue dado por los Dioses, no me podrá ser quitado por los hombres, sin que éstos, tarde o temprano, paguen el justo precio.


lunes, 11 de octubre de 2010

El Estado y la Iglesia Católica

El Estado y la Iglesia Católica
"Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios". Inmortales palabras de Jesús el Cristo, al ser cuestionado por los infieles, sobre si era lícito o no pagar tributo al César. La respuesta habría conmocionado tanto a aquellos que cuestionaron, como a nosotros, a pesar del tiempo transcurrido desde esa declaración. Los estudiosos de la política tomarían esa declaración como la primera en separar a la Iglesia, del Estado; y sería la misma la que culminará con la formación de los Estados laicos. Sin embargo, cabe preguntar... ¿en verdad existe una separación entre la Iglesia, y el Estado?, en cuanto a lo orgánico si, en cuanto a lo ideológico la línea divisoria no está totalmente clara. ¿No es la palabra del Cristo la base del marco legal del Estado?, ¿no imitan los gobiernos laicos, en gran parte, la estructura orgánica de la Iglesia?. La repuesta podría ser afirmativa o negativa, dependiendo de la justificación que cada persona le de. Se supone que la estructura orgánica del Estado, se basa en diversos estudios político-sociales que la justifican y que presuponen que es la forma mas funcional de administrar los bienes de un pueblo, legislar e impartir justicia y delimitar el territorio. Ahora la pregunta es ¿antes del Estado Laico no hacía todo eso la Iglesia?. La respuesta es que si, la Iglesia siempre ha operado como una forma de Estado.
En cuanto a los pobladores del Estado, vemos que sus actividades están siempre regidas por el marco legal de dicho Estado; el cual de una forma coercitiva obliga a la población a seguir ciertas formas de conducta, premiando o castigando por medio de lo que las leyes indican para cada situación. La Iglesia por otro lado, tiene una población que de forma "voluntaria" se incorpora a su comunidad; y sin embargo la Iglesia también premia o castiga, las conductas que se salen del marco legal y dogmático que marca para sus integrantes.
Las similitudes entre la Iglesia y el Estado, son la causa principal de la dificultad que entraña su separación. Por tal motivo, seguimos viendo una fuerte influencia de la Iglesia, aunque el Estado se diga laico; y en algunos momentos podemos percibir el fuerte peso de la Iglesia dentro de la vida institucional de nuestro país. Si bien, es labor del Estado Republicano administrar las diferencias, vemos que en muchas ocasiones la Iglesia se niega a ser administrada, y mediante el argumento de la fe, trata de intervenir o interviene en la vida política de los países. De hecho, la Iglesia cuando puede deja sentir su poder, y su opinión pesa dentro de las decisiones de los países, y cuando no pesa lo suficiente, por lo menos se vuelve una verdadera molestia en el desarrollo de la vida política y social.
Recientemente, vimos el caso de la intervención de un representante de la Iglesia -el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez- contra una decisión tomada por Organo Legislativo Local -la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, y avalado por una Institución Federal, que es la Suprema Corte de Justicia de la Nación- atacando la libertad de las personas con preferencias homosexuales. El Jefe de Gobierno del Distrito Federal Marcelo Ebrard, en un intento de hacer valer la Constitución, entra en el juego de la polémica, iniciado por las provocaciones del Cardenal, y decide inciar una demada por Daño Moral. Por supuesto que hubo un daño moral en las declaraciónes del cardenal al dar a entender, sin pruebas, que la Suprema Corte habría recibido alguna forma de soborno por parte del Jefe de Gobierno del D.F. Independientemente de lo que suceda con dicha demanda contra el Cardenal, la Iglesia ha comenzado a actuar, y ya no contra el Jefe de Gobierno, sino contra todo el PRD: exhortando a la feligresía a no votar por mencionado partido; manipulando las intenciones de Voto de la Población Católica, que cabe mencionar, es muy grande. La mano del Partido en el Poder, se deja sentir en todos estos hechos, al permitir la insolapable conducta de los Jerarcas Católicos, contra su oposición -SEGOB no ha hecho nada, cuando su intervención es obligada en este caso.
De esta forma vemos que la separación de la Iglesia y el Estado, es más una simulación que una realidad, porque se sigue manteniendo una forma de convivencia, en la que la conveniencia de la Clase Política y la Iglesia, se coordinan con una sola finalidad: exprimir lo mas posible a la Población. En el momento que la Iglesia vea sus intereses en riesgo, no dudará en violar todos los mandamientos que sus creencias dictan para recuperar las posiciones perdidas. Recordemos la ya famosa Revolución Cristera, en la que se pudo ver de alguna forma el verdadero poder que puede tener la Iglesia, y en algún momento el peligro que puede representar para el orden público y político de toda una Nación. El dominio de la Iglesia sobre los Ignorantes, la convierte en uno de los contrapesos mas fuertes para el verdadero avance de la Civilización Humana.
¡Viva Cristo Rey!... ¡pero no su Iglesia!
Apocalipsis 3:16

1 comentario:

  1. DEFINITIVAMENTE CREO QUE EL GRAN ERROR DE LA IGLESIA (SEA CUAL SEA SU DENOMINACIÓN)ES EL JUEGO DE PODER EN LA SOCIEDAD. HOY POR HOY, LAS IGLESIAS SE HAN CONVERTIDO EN SITIOS Y CÉLULAS DE PODER, EN LUGAR DE SER UN ESPACIO PARA ENCONTRARSE CON EL UNO, CON EL CREADOR...ES UNA LASTIMA...LO BUENO ES QUE COMO SERES HUMANOS DOTADOS DE RACIOCINIO, PODEMOS Y DEBEMOS HACER EL CAMBIO.

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