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Porque el derecho de decir lo que pienso y lo que siento me fue dado por los Dioses, no me podrá ser quitado por los hombres, sin que éstos, tarde o temprano, paguen el justo precio.


lunes, 25 de agosto de 2014

La corrupción en México, “país de primer mundo”


*Artículo de opinión
Por José Manuel de la Huerta/ @Apocalipsis316
Ilustración: Pe Aguilar/ @elesepe1
(20 de agosto, 2014).- Eso me lo dijeron hace 20 años, oh sí, lo recuerdo bien; ahora no puedo evitar pensar que me mintieron. Si se hubiera cumplido esa promesa, mi situación, así como la de muchos otros mexicanos de mi generación, no sería la que vivimos; sino que deberíamos gozar de los beneficios augurados por los políticos promotores de esa apertura comercial que hasta hoy sólo ha dejado desgracia y despojo… Ahora me lo vuelven a prometer y dicen que las reformas estructurales son el camino para que México alcance por segunda vez el primer mundo.
Y es que desde que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en el año de 1994, el grueso de los mexicanos no hemos visto mayores beneficios, al contrario; fue precisamente ese tratado internacional el que hizo, que a manera de preparación del terreno, se privatizaran o ingresara el capital privado en empresas que eran del Estado como CFE, TELMEX y PEMEX; pero no fue todo, también se concesionaron las minas y la industria siderúrgica, empresas que también pertenecían al Estado; del campo, ni hablar, la producción alimentaria dejó de ser algo estratégico para la seguridad alimentaria del País, lo que hizo que la comida se convirtiera en una mercancía sujeta a las leyes de oferta y demanda, o sea, el que tenga para comer que coma, el que no, pues que se muera de hambre.
Y los hechos hablan… A raíz del TLCAN, el número de pobres ha aumentado, los salarios han perdido su poder adquisitivo, la diferencia salarial que existe entre los trabajadores mexicanos y los trabajadores gringos y canadienses es abismal. México se convirtió en exportador de recursos naturales y en consumidor de productos terminados; el esperado crecimiento tecnológico fue una falacia, y lo único en lo que se capacitó al mexicano, no fue en la creación de productos nuevos, sino en la burda y vil maquila para las empresas extranjeras.
¿Y por qué viene toda esta mención al TLCAN? Pues sencillo, porque las Reformas Estructurales son algo así como la corona de este proceso que comenzó hace 20 años; lo que quiere decir que el daño aún no estaba terminado… Según las revistas The Economist y Forbes, éstas Reformas Estructurales convertirán a México en una Súper Potencia, en un País del Primer Mundo; al respecto escribió, en el periódico El Financiero (http://bit.ly/1rVmOwP), el señor Gustavo Rodarte de la Serna, del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, A.C., quien a pesar de manifestarse a favor de las reformas estructurales, duda que éstas en efecto lleven a México al prometido, otra vez, Primer Mundo. El señor Gustavo Rodarte de la Serna hace varias observaciones muy interesantes, por las que según él, no es posible que México alcance el primer mundo: Un modelo económico dependiente del entorno financiero externo, carencia de tecnología propia, bajos salarios que no propician un mercado interno fuerte, y el más importante y el verdadero causante de todo, la tan cacareada corrupción… Y el señor no está tan equivocado, al parecer existe una relación proporcional entre pobreza y corrupción de un país (http://bit.ly/1lgkItt)…
Ya explicada lo que al parecer es una de las causas principales, cabe aclarar que para alcanzar el primer mundo, más que andar con Reformas y Tratados de Libre Comercio, primero hay que acabar con tanto corrupto, en especial con esos corruptos de alto nivel que según deciden lo que nos “conviene”, tanto en las cámaras, como en los gobiernos locales y federal, y que por esas decisiones, acaban metiéndose una muy buena lana a manera de auto premios por su “buen y honrado” desempeño…
… Si cada que prometen que México va a llegar al primer mundo nos van a dar tanto en la torre, mejor que nos dejen como estamos. Prefiero que no dispongan de nuestros recursos naturales una bola de políticos sinvergüenzas y una bola de súper empresarios, nacionales y extranjeros, hambreados; prefiero que sigamos teniendo la comida, el agua, la tierra, la electricidad y los hidrocarburos como propiedad de la nación y con acceso garantizado y sin fines de lucro; y prefiero que todos los corruptos se vayan al infierno… Prefiero un México justo a un México del “Primer Mundo”…

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