Cuando necesitan nuestro apoyo, nos dicen todo lo que nos gusta oír; nos prometen mil y un cosas; nos exhiben sus enormes e hipócritas sonrisas, tanto en sus presentaciones personales, como en sus carteles, anuncios de televisión, etc.; estrechan las manos de miles de seguidores, cargan a niños de los acarrados y posan para la foto; nos ofrecen soluciones a problemas que conocen muy bien, o por lo menos dicen conocer muy bien, y según ellos, sus soluciones siempre son las correctas y las que mas benefician a todos; pero cuando llegan al poder...
El día 12 de diciembre de 2011, Estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa (Normal Rural "Raúl Isidro Burgos"), realizaban un plantón PACIFICO en una caseta de cobro de la Autopista del Sol, a la altura de Chilpancingo, Guerrero; como manifestación contra la indiferencia del gobernador Angel Aguirre: este elemento, ya había plantado cuatro ocasiones a los Estudiantes, por lo que, para exigir que se llevara a cabo la audiencia, los Normalistas tuvieron que recurrir a la manifestación como única alternativa para lograr ser atendidos; las demandas de los Normalistas inconformes eran: 1) disminuir la calificación promedio pedida para el ingreso, de 8 a 7, 2) el aumento de la matrícula escolar de 140 lugares a 170, y 3) evitar la imposición de Eugenio Hernández García como director de la escuela, por considerarlo represor. La respuesta del "góber" (de filiación priísta, aunque infiltrado y apoyado en el proceso electoral que lo llevaría al poder, por el PRD), respondería de una forma desproporcionada, irresponsable, y por demás criminal, ordenando al General Ramón Arriola, Subsecretario de Prevención y Operación Policial, "limpiar la carretera"; el señor Ramón Arriola, después diría a los medios, que en efecto "limpió la carretera"; el problema es que para limpiar la carretera, los efectivos a sus órdenes, dispararon por todos los frentes posibles, al grupo de manifestantes DESARMADOS, matando a tres y dejando a varios heridos. Para Angel Aguirre, al parecer, fue mas fácil ordenar la masacre que dar la audiencia a los manifestantes, olvidando que es un derecho de los ciudadanos ser atendidos por sus representantes y servidores públicos, derecho garantizado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (Artículo 8); sin embargo está omisión, de una de las obligaciones del "góber", ya costó 3 vidas inocentes, 23 estudiantes brutalmente golpeados, y uno más del que todavía no se sabe nada.
El caso anterior no es el único de este tipo, en el que la indiferencia de un mandatario termina en una desgracia. 30 de septiembre de 2008, el presidente de la Comisión Pro Derechos Humanos A.C. de la Sierra de Soetapan, en el Estado de Veracruz, Ramiro Guillen Tapia, se rocío gasolina y se prendió fuego en protesta por la falta de respuesta a sus demandas de dotación de tierras para sus representados (mismas que les fueron prometidas, después de ser despojados de sus tierras originales). El detonante de esta acción desesperada, que culminó con la muerte de Ramiro Guillen, fue principalmente la indiferencia e irresponsabilidad del entonces "góber" priísta, del Estado de Veracruz, Fidel Herrera, que además de no cumplir con el compromiso de otorgar las tierras a los campesinos afectados, ya le había negado audiencia 107 veces al Líder Campesino, por lo que Ramiro Guillen decidió inmolarse a las puertas del Palacio de Gobierno, como una forma de manifestar su descontento ante la irresponsabilidad, incumplimiento e indiferencia, de tan nefasto "góber", a las necesidades de los campesinos necesitados.
... Cuando llegan al poder, no son capaces de abrir las puertas a aquellos que se las abrieron cuando ellos las tocaron; entonces se hacen los desaparecidos y se encierran entre las paredes de un palacio de gobierno y entre los enormes muros de las promesas incumplidas; la realización de los compromisos quedó sepultada bajo las tierras de la corrupción, la impunidad, la incapacidad y las prebendas mal habidas; ahora todo es solo por el poder y el dinero; las manos estrechadas, los niños abrazados y las sonrisas repartidas, solo se han convertido en un par de oídos sordos...
El día 12 de diciembre de 2011, Estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa (Normal Rural "Raúl Isidro Burgos"), realizaban un plantón PACIFICO en una caseta de cobro de la Autopista del Sol, a la altura de Chilpancingo, Guerrero; como manifestación contra la indiferencia del gobernador Angel Aguirre: este elemento, ya había plantado cuatro ocasiones a los Estudiantes, por lo que, para exigir que se llevara a cabo la audiencia, los Normalistas tuvieron que recurrir a la manifestación como única alternativa para lograr ser atendidos; las demandas de los Normalistas inconformes eran: 1) disminuir la calificación promedio pedida para el ingreso, de 8 a 7, 2) el aumento de la matrícula escolar de 140 lugares a 170, y 3) evitar la imposición de Eugenio Hernández García como director de la escuela, por considerarlo represor. La respuesta del "góber" (de filiación priísta, aunque infiltrado y apoyado en el proceso electoral que lo llevaría al poder, por el PRD), respondería de una forma desproporcionada, irresponsable, y por demás criminal, ordenando al General Ramón Arriola, Subsecretario de Prevención y Operación Policial, "limpiar la carretera"; el señor Ramón Arriola, después diría a los medios, que en efecto "limpió la carretera"; el problema es que para limpiar la carretera, los efectivos a sus órdenes, dispararon por todos los frentes posibles, al grupo de manifestantes DESARMADOS, matando a tres y dejando a varios heridos. Para Angel Aguirre, al parecer, fue mas fácil ordenar la masacre que dar la audiencia a los manifestantes, olvidando que es un derecho de los ciudadanos ser atendidos por sus representantes y servidores públicos, derecho garantizado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (Artículo 8); sin embargo está omisión, de una de las obligaciones del "góber", ya costó 3 vidas inocentes, 23 estudiantes brutalmente golpeados, y uno más del que todavía no se sabe nada.
El caso anterior no es el único de este tipo, en el que la indiferencia de un mandatario termina en una desgracia. 30 de septiembre de 2008, el presidente de la Comisión Pro Derechos Humanos A.C. de la Sierra de Soetapan, en el Estado de Veracruz, Ramiro Guillen Tapia, se rocío gasolina y se prendió fuego en protesta por la falta de respuesta a sus demandas de dotación de tierras para sus representados (mismas que les fueron prometidas, después de ser despojados de sus tierras originales). El detonante de esta acción desesperada, que culminó con la muerte de Ramiro Guillen, fue principalmente la indiferencia e irresponsabilidad del entonces "góber" priísta, del Estado de Veracruz, Fidel Herrera, que además de no cumplir con el compromiso de otorgar las tierras a los campesinos afectados, ya le había negado audiencia 107 veces al Líder Campesino, por lo que Ramiro Guillen decidió inmolarse a las puertas del Palacio de Gobierno, como una forma de manifestar su descontento ante la irresponsabilidad, incumplimiento e indiferencia, de tan nefasto "góber", a las necesidades de los campesinos necesitados.
... Cuando llegan al poder, no son capaces de abrir las puertas a aquellos que se las abrieron cuando ellos las tocaron; entonces se hacen los desaparecidos y se encierran entre las paredes de un palacio de gobierno y entre los enormes muros de las promesas incumplidas; la realización de los compromisos quedó sepultada bajo las tierras de la corrupción, la impunidad, la incapacidad y las prebendas mal habidas; ahora todo es solo por el poder y el dinero; las manos estrechadas, los niños abrazados y las sonrisas repartidas, solo se han convertido en un par de oídos sordos...
@Apocalipsis316
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