José Manuel de la Huerta / @Apocalipsis316
Artículo de opinión
(10
 de septiembre, 2014).- El exjefe de gobierno de la Ciudad de México, 
Marcelo Ebrard, ahora acusa de antidemocráticos a los integrantes de la 
planilla, que según Carlos Navarrete, va arrasando con la elección 
interna del Partido de la Revolución Democrática (PRD) realizada el 7 de
 septiembre de 2014; condición que favorece a Navarrete, quién aspira a 
ser el dirigente del también llamado partido del Sol Azteca. Aunque es 
verdad que el nuevo ‘PRD Chucho’ no tiene nada de democrático (y mucho 
menos de izquierdista), la realidad es que el señor Ebrard, pues 
tampoco…
Marcelo Ebrard ha sido de esos políticos
 que brincan de un bando a otro de acuerdo a como les va conviniendo; 
tan es así, que en 1993 fue diputado federal por el Partido 
Revolucionario Institucional (PRI); en 1997 fue electo diputado federal,
 pero ahora por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM); y en el 
2000 ya era candidato a jefe de gobierno capitalino por un partido 
creado por él y Camacho Solís: el Partido del Centro Democrático. En ese
 mismo 2000, Ebrard declinó la candidatura, en la que no tenía ninguna 
posibilidad de ganar, en favor de Andrés Manuel López Obrador; y al 
parecer desde ahí, AMLO y Ebrard se convirtieron en los grandes amigos, 
pues ha sido con el apoyo de López Obrador que Ebrard se ha mantenido en
 la vida política del país.
En el 2006, gracias al apoyo de AMLO, 
Ebrard consigue llegar a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México,
 donde entre una de sus gracias, estuvo la concesión del transporte de 
la ciudad a empresas privadas, a quienes además de garantizarles 
inmensas ganancias, les otorgó vialidades enteras; tal es el caso del 
Metrobús, que como todos los negocios de bandidos, empiezan muy bien, y 
una vez afianzados, empiezan a ser descuidados y hasta sucios.
Basta ver las condiciones de la Línea 1 
para confirmarlo, la cual se apropió de kilómetros de la avenida de los 
Insurgentes. Evidentemente también está el caso de la Línea 12 del 
Metro, construida con dinero del erario público, comprando materiales de
 segunda a precio de primera; esto, en aras del negocio y no de las 
seguridad de los pasajeros.
Pero eso no fue todo. El señor Ebrard se
 encargó de dejar, por medio de vías poco democráticas, a un verdadero 
chalán sin criterio: Miguel Ángel Mancera, quién al parecer está para 
defender ciertos intereses creados por el mismo Marcelo Ebrard. Cabe 
aclarar, que de una forma muy poco democrática, Andrés Manuel López 
Obrador, apoyó la candidatura del amigo de su amigo (Mancera, quién ni 
siquiera milita en el PRD), haciendo de lado a dos verdaderos luchadores
 de izquierda: Martí Batres y Gerardo Fernández Noroña.
Aunado a lo anterior, en enero de 2011, 
el señor Ebrard se reunió a puerta cerrada con el entonces presidente 
Felipe Calderón, en donde se sabe que pactaron la presidencia de la 
República, mediante una alianza PAN-PRD que tendría como candidato a 
Marcelo Ebrard, lo que fue un claro movimiento político dirigido a dejar
 sin posibilidad a Andrés Manuel López Obrador.
Esa reunión se conoció como el Pacto de 
Davos, por haberse llevado a cabo precisamente en esa ciudad de Suiza, y
 en esa reunión, Ebrard traicionó a su eterno mentor López Obrador; aún 
así, la alianza PAN-PRD no se llevó a cabo, y al final el PRD presentó a
 López Obrador como candidato a la presidencia.
En síntesis, no podemos decir para nada que Marcelo Ebrard sea un auténtico demócrata, al contrario…
Por otra parte, el señor Carlos 
Navarrete también se encuentra muy lejos de ser demócrata y muy cerca de
 ser traidor. Acompañó a López Obrador en su campaña presidencial, y una
 vez que él ganó una senaduría en el 2006, se olvidó de apoyar 
moralmente a López Obrador e inmediatamente reconoció al usurpador 
Felipe Calderón como presidente de la República.
Posteriormente, ya como senador en el 
año 2010, a pesar de la inconformidad de los ciudadanos en contra del 
registro de teléfonos celulares, el señor Navarrete se cargó la payasada
 de decir que la prórroga que pedían los ciudadanos para el registro de 
los celulares, por su parte estaba cancelada. ¿Olvidó acaso que como 
senador se supone que es un representante del pueblo y no un patrón? Un 
senador que le da por imponer su voluntad por encima de la voluntad 
popular no es democrático, es un tipo con aspiraciones de dictador, como
 la mayoría de los senadores y también diputados que tenemos en este 
momento.
De tal forma que el PRD, ni es 
revolucionario, ni es democrático, y si el partido dejó de ser lo que en
 algún momento fue, es porque ha sido tomado por tipos que sólo han 
sabido sacar ventaja del ya enfermo y moribundo Sol Azteca. Ya sea que 
quede Navarrete o Ebrard, el PRD seguirá siendo el antidemocrático 
partido democrático.

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