(15 de
 octubre, 2014).- Desde aquel mes de abril del año 2011, que aparecieron
 las fosas San Fernando en Tamaulipas con 68 cuerpos, hemos escuchado 
mucho eso de las fosas. No sabemos cuántos cuerpos de desaparecidos 
pueden estar en fosas clandestinas; pero no todas las fosas albergan 
cuerpos de narcos, de honestos luchadores sociales o gentes inocentes, 
sino que al parecer hay muchas cosas enfosadas en nuestro país…
1) Nuestra política se encuentra en una 
fosa, está sepultada moralmente y legítimamente. Desde la llegada de 
Felipe Calderón al poder en 2006, cómo también Enrique Peña Nieto seis 
años después, ha habido dos enormes crisis de credibilidad en el sistema
 electoral mexicano; en dos ocasiones se recurría a un sinnúmero de 
tretas para, en dos periodos electorales seguidos, evitar que el mismo 
hombre, Andrés Manuel López Obrador, llegara al poder. En 2006 se habló 
de alteraciones al sistema informático que computó los votos, así como 
se mencionó también la compra de votos, la alteración de boletas 
electorales, etc.; y en 2012 se habló también de compra de votos, 
métodos de coerción y las famosas tarjetas de Soriana. Podemos deducir 
que estos dos presidentes, Calderón y Peña, llegaron de forma poco clara
 y honorable al poder, pero eso no hace tan grande la fosa política 
mexicana, como la deliberada mala intención con la que ambos han 
gobernado. Los dos últimos sexenios se han caracterizado por proteger 
los intereses de un puñado de malos mexicanos a costa del sacrificio de 
todo un País de más de 100,000,000 de habitantes. A parte de eso se 
enrarece más el entorno político al saber que algunos políticos tienen 
vínculos cercanos con el crimen organizado, con lo que parece ser la 
complacencia de otros políticos y también partidos políticos.
2) Nuestra economía también se encuentra
 enfosada con un salario mínimo que más que burla es un insulto. Un 
trabajador que gane el sueldo promedio de 4,500 o 5,000 pesos al mes, 
cantidad que duplica el salario mínimo, puede observar que ese salario, 
no sirve para mayor cosa. El costo de las rentas de vivienda en el 
Distrito Federal oscila entre los 5,000 y 15,000 pesos al mes (en muchos
 casos mucho más), lo que quiere decir que un salario que se ha vuelto 
tan común, que es el de los 5,000 no alcanza ni para la renta, o se come
 o se paga renta, pero difícilmente alcanza para las dos cosas; lo que 
muestra que el salario mínimo de 2,010 pesos al mes, definitivamente no 
alcanza para nada. La precarización de las condiciones laborales y la 
pérdida del poder adquisitivo del salario, mantienen a millones de 
mexicanos en un hoyo de pobreza y desesperación; situación a la que en 
realidad el gobierno no quiere darle solución. A lo anterior podemos 
sumar las jugosas concesiones petroleras y mineras, que lo único que 
garantizan es que la fosa de nuestra economía se vuelva más profunda y 
obscura; a la vez que con la venta de nuestros recursos se garantiza la 
vida súper holgada y llena de excesos de los empresarios concesionarios 
de nuestros bienes naturales, entre los que figuran algunos malos 
mexicanos y muchos extranjeros.
3) La fosa educativa. Nuestro sistema 
educativo también se encuentra en una fosa pantanosa, en la que 
sindicato y gobierno se han coordinado para que el educando sea el más 
afectado. La calidad educativa en México va de mal en peor, y algunas 
escuelas comienzan a asemejarse más a antesalas del reclusorio que a los
 antiguos templos del saber. La impartición de valores (que bien dicen 
se deben enseñar en el hogar, pero que en el hogar no se enseñan porque 
ambos padres tienen que trabajar en exceso para poder cubrir al mínimo 
las necesidades económicas), ni se enseña en la casa ni en la escuela, 
llevando así a los niños y jóvenes, a aplicar de forma inadecuada su 
libre albedrío, muchas veces llegando a algo parecido a la ley de la 
selva; prueba de eso son los crecientes casos de bulling, que a parte de
 ser más numerosos, cada vez se vuelven más violentos. Las escuelas cada
 vez están más descuidadas, y el gobierno apuesta a la buena voluntad de
 los padres de familia, sin reparar en que, aunque tengan la mejor 
voluntad de mundo, difícilmente pueden aportar los recursos económicos 
que las escuelas necesitan. A todo esto agreguemos los constantes 
conflictos del gobierno, tanto con docentes cómo con estudiantes; y en 
especial tenemos ahorita el caso del Instituto Politécnico Nacional, en 
donde ya no se quiere garantizar la formación profesional de los 
estudiantes para que sean ingenieros o licenciados, sino que pretenden 
encasillar a los estudiantes en el nivel de técnicos maquileros. Una 
mención especial merece el caso de los normalistas del Estado de 
Guerrero, que literalmente están siendo asesinados sólo por utilizar su 
consciencia de lucha y darse cuenta que el gobierno no está actuando 
como se debe ante la situación educativa del País; hay 43 desaparecidos,
 de los cuales se presume que yacen muertos en las numerosas fosas 
descubiertas recientemente en el municipio de Iguala en Guerrero (en el 
caso de una de las fosas, se presumen que los posibles normalistas que 
yacen en ese lugar fueron quemados vivos http://mun.do/11ldgEl ).
… Las fosas en México son muchas y de 
muchos tipos, y no sabemos como taparlas… a cómo vamos, ya sólo nos 
falta enfosar el futuro de todo un pueblo, que está haciendo de las 
fosas, parte de una desgraciada historia…
 Por: Jose Manuel de la Huerta /
  15 octubre, 2014 

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